#Day165 04 Jul
Cebu City – Tagbilaran (Bohol) – Carmen – Chocolate Hills – Panglao – Belicasag – Alona Beach
Ayer recogí a Kyoungsuk en el aeropuerto de Cebu donde pasaríamos un par de días para luego cruzar a la vecina isla de Bohol.
Cebu fue uno de los primeros asentamientos de españoles en la búsqueda de la isla de las especias. El primero en llegar sería Magallanes en 1521 y al que mato un jefe tribal llamado Lapu Lapu. Le siguió al poco tiempo Miguel López de Legazpi desembarcarcando en la isla de Cebú con 380 hombres. El 27 de abril de 1565 funda la Villa de San Miguel (actual Cebú), cabecera de los dominios españoles en Filipinas hasta 1571 y base para la conquista del archipiélago filipino desde las Visayas.
De la presencia española queda mucho. 300 años de dominio son bastantes años para dejar huella, sobre todo en temas tan poco honrosos como la cristianización a base de palos. Les dejamos como herencia miles de Iglesias, Ermitas, Santos, Vírgenes y abalorios de fe cristiana. Y ahora son mas devotos que nosotros mismos !!!. También mucho vocabulario en sus lenguas y un dialecto del que ya hablé, el Chabacano.
Nos dejamos llevar por el ritmo de la ciudad, pausado y adormilado por el calor tropical. En cada esquina, en cada mirada, en cada calle hay una foto impagable.
A eso dedicamos la mayor parte del día, los niños ríen, juegan en las calles con juguetes fantásticos hechos por ellos mismos con maderas y plásticos. Saltan y gritan semidesnudos por el placer de jugar con la lluvia, parecen felices, no tienen nada, pero son felices.
La gastronomía no es algo que destaque en Filipinas si la comparamos con el resto de Asia, la base de su cocina sigue siendo el arroz pero excepto por esto se parece poco al resto de países del Sudeste asiático. Para empezar no comen con palillos sino con cuchara y tenedor, vocabulario heredado y supongo que también costumbres y maneras españolas de la época. La carne ya sea de pollo, cerdo o ternera domina la cocina, los fritos y poco saludables dulces son acompañamientos básicos en el día a día y a cualquier hora. Lo que si abunda es el pescado fresco (y bien fresco porque en muchos sitios no hay neveras), sobre todo el Atún. Para mi que no como carne fue mi salvación muchos días a la hora de comer.
El pan es dulce tipo brioche y si es salado es tipo francés como baguettes o chapatas.
Curioseando encuentras joyas como ensaimadas de mango, pan de Manila, pan de sal, bollo y un largo etc de palabras españolas.
Filipinas está en Asia pero no son asiáticos, los filipinos, para mí son más una mezcla de asiáticos y caribeños con alma latina. Y más desde que EE.UU apoyará a la Republica de Filipinas a independizarse de España a finales del siglo XIX y ya de paso se quedara unos 50 años más para libérarla de las garras japonesas en la II guerra mundial. Se nota en sus miradas descaradas, da igual mujeres, hombres o niños, te miran y no dejan de mírarte, curiosos ante el hombre blanco.
La influencia americana está por todas partes, ropas, música, “malls”, fast food, gracias a ello, es el país de Asia donde mejor ingles se habla incluso la gente mayor, que por cierto también hablan español ya que lo estudiaron en el colegio. Los jóvenes ya no lo estudian y la asignatura de español la han sustituido por la de Tagalo.
Tras un par de días decidimos cruzar a la vecina isla de Bohol, con la esperanza de librarnos del sofocante calor y catastrófico tráfico de Cebu, no en vano es la segunda ciudad más grande de Filipinas después de Manila.
Al llegar a Tagbilaran alquilamos una moto para perdernos por las colinas de chocolate (Chocolate Hills, como las conoce todo el mundo) en los alrededores del pequeño pueblo de El Carmen en el centro de la isla.
El paisaje se vuelve totalmente rural nada más salir de la ciudad, campos de arroz, palmeras y más palmeras, búfalos de agua y niños corriendo por caminos y carreteras.
Existe una especie de primate muy difícil de ver y del que quedan muy pocos ejemplares repartidos por varios países de Asia, los Tarseros. En Bohol todavía es posible encontrarlos en un centro de conservación al que un Filipino llamado Carlito Pizarra ha dedicado toda su vida.
Tras varios días en moto toca disfrutar de las aguas color turquesa de la vecina isla de Panglao, en moto el trayecto se convierte en un paseo de apenas una hora entre palmeras, pequeñas casas de madera muy rudimentarias y escuelas, muchas escuelas. La media de edad de Filipinas debe ser muy baja y la escolarización muy alta porque hay colegios por todos lados. Te encuentras a niños andando, en bici o corriendo cargando con su mochila prácticamente en cualquier lugar por remoto que sea. Casualidades de la vida paramos a comprar unos mangos junto a una escuela en la carretera, cuando le pregunto a un viejecito que donde estábamos, me contesta que en una pedanía de Bilar llamada Zamora.
Al sur de Panglao, Alona Beach nos servirá como punto de partida para recorrer las vecinas islas de aguas cristalinas como Belicasag, paraíso para hacer snorkeling o bucear…
Bonitas islas que las fisfrutes y compartirlas con todos nosotros besos
Me gustaLe gusta a 1 persona